por la autora invitada Jennifer Lomax
Existen 45 millones de estadounidenses a dieta cada año. Perder peso y cambiar los hábitos diarios de ingesta de alimentos y ejercicio es muy difícil, pero hay aspectos psicológicos de la pérdida de peso que pueden darle la ventaja que necesita para alcanzar sus objetivos. Algo tan sencillo como anotar sus objetivos, su ingesta diaria de alimentos y sus hábitos de ejercicio puede ayudarle a identificar dónde necesita hacer cambios y darle una perspectiva diferente del proceso.
Engañarse a uno mismo para superar los antojos
Es propio de la naturaleza humana desear ciertos alimentos, sobre todo cuando nos sentimos deprimidos o tristes, ya que existen pruebas psicológicas de que la comida puede reconfortarnos. Sin embargo, hay un fenómeno bien conocido: cuando la familia se reúne para una comida festiva y saliva por los alimentos reconfortantes que están a punto de servirse, que el cocinero no comparte esa expectativa. El cocinero se ha pasado el día en la cocina, rodeado de los aromas de la comida, y justo esos han saciado sus deseos por la comida. Del mismo modo, los estudios han demostrado que la fragancia de velas con el aroma de nuestras comidas reconfortantes favoritasLas velas de chocolate, las magdalenas de vainilla, la tarta de calabaza... también pueden frenar las ansias de comer. Aunque pueda parecer contradictorio quemar una vela con aroma de chocolate mientras se está a dieta, puede ser la solución perfecta para los adictos al chocolate.
Entender su razóns
Aunque es cierto que hay personas con sobrepeso porque realmente no entienden qué tipo de alimentos son buenos para ellos, muchos más de nosotros tenemos problemas psicológicos relacionados con la alimentación. Pueden ser pequeñas o grandes, tan sencillas como darse un atracón de helado para sentirse mejor después de un día estresante, hasta asuntos más complicados de engordar para crear una barrera entre uno mismo y los demás. Es importante identificar los motivos que le llevan a comer en exceso e identificar las emociones que le llevan a comer en exceso o a tomar malas decisiones alimentarias. Al identificar tus emociones, puedes entender mejor si realmente tienes hambre, o si en realidad puedes estar aburrido, estresado o triste. Una vez identificados los motivos, podemos vencerlos de frente. Puedes sustituir los antojos después de un día estresante por una forma de ejercicio que te guste, recompensarte con una pedicura después de una gran presentación de ventas o planear una salida con amigos a un museo en vez de a un restaurante. Acudir a un terapeuta especializado en problemas alimentarios puede ayudarle a modificar sus hábitos y a poner fin a los pensamientos malsanos que le impiden alcanzar sus objetivos.Perder peso no consiste simplemente en tener fuerza de voluntad para cambiar sus hábitos alimentarios. Hay factores más importantes en juego, y comprender los complejos factores psicológicos que intervienen en la pérdida de peso le ayudará a tener éxito en su empeño. Cosas tan sencillas como decorar su casa de manera que fomente la positividad, o usar velas aromáticas para matar el ansia pueden darte una ventaja.
